Tengo que confesarlo.
Estuve hace un tiempo engañado y
metido en el mundo de los suplementos deportivos. Suerte que no dediqué mucho
de mi dinero en ellos, no sin embargo, interés.
Y no estoy hablando de geles o de electrolitos, me refiero a
la alimentación complementaria: beta-hidroxi-butirato, beta-alanina, glutamina,
BCAA’s, antioxidantes, maltodextrinas, multivitamínicos, omega-3, caseína, etc, etc, etc…
quizás te suene alguno, quizás los hayas tomado o te los hayan recomendado.
Pues bien, tras años de estudio, de informarme a conciencia
y de “auto experimentación” como deportista de resistencia puedo decir
firmemente que son un fraude en la mayoría de los casos. Ojo, sólo si no eres ÉLITE. En todo caso, iremos
con todo para rascarle segundos al crono, segundos de los que dependeremos para
marcar la diferencia.
La mayoría de sustancias que toman muchos deportistas “populares”
son inútiles o incluso pueden hacerles bajar el rendimiento en contra de lo que
han pagado. Es un tema un poco espinoso en el que hay que tener en cuenta
el perfil y las necesidades de cada uno. Cosa que las personas que te lo venden
ni se interesan lo más mínimo, pero ¿cómo no fiarse de un tipo tan atlético, fuerte y triunfador? Habrá que creerles.
Sin embargo, me la juego a decir que si sabes cómo planificar tu
alimentación, el resto es prescindible [😃].
Dicho esto y postulándome partidario de que el mejor
suplemento es una alimentación saludable, puedo rendirme a la evidencia de tres
suplementos (los que actualmente uso):
Son los 3 suplementos que pueden estar incluidos en
cualquier régimen deportivo sabiendo que no te estás flipando, además de que su
inversión no es disparatada. Tienen sus matices y sus funciones y, aunque funcionen, siguen sin ser imprescindibles.
Para no caer en engaños dedicaré un post para cada uno
relacionándolos con los deportes de resistencia (natación, atletismo, carrera,
ciclismo, triatlon,…) o deportes de equipo.
Hasta entonces, prudencia y
paciencia con ellos 😷
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