Los tacones...
Es un elemento que si se lo mostrásemos a una
antepasado nuestra, lo describiría como una forma de tortura más que como un
símbolo de moda o de cultura.
Se estima que las mujeres frecuentan la consulta de
podología 4 veces más que los hombres y que en el 90 % de estas consultas raro
es que los tacones no tengan parte de culpa.
Sus consecuencias van mucho más allá de las fronteras del propio pie ya que, al ser un calzado inadecuado, es incompatible con la mecánica del
pie, la postura y la marcha.
Perdón que este viaje me ponga un poco “anatómico”, pero es
que la ocasión lo requiere.
Llevar tacones de forma continua favorece alteraciones en el tendón de Aquiles, juanetes (dedos “apelotonados” sobre la punta del zapato),
dedos en martillo, inflamación de los tejidos y huesos del pie, callosidades,
artrosis de rodilla, nervios comprimidos, hormigueos y alteraciones de la
columna.
¿QUÉ SUPONE PARA TU POSTURA LLEVAR TACONES?
ESQUELETO
Como si de una fila de fichas de dominó se tratase [ 🁌 🀲 ...🂐-🁯-🁰-🁼]
El tacón desplaza el peso del cuerpo hacia delante, lo que
exige modificar la postura corporal y la forma de caminar natural para
compensar este desequilibrio. El peso del cuerpo tiene que caer mayormente
sobre el talón, no sobre los metatarsos (“la puntilla”). Así pues, tiene lógica que el
calcáneo sea el hueso más robusto del pie ya que estaría diseñado para llevarse la mayor
parte del peso, no así los metatarsos como se muestra a continuación:
Además, llevar tacones hiperextiende las rodillas y arquea la zona lumbar pudiendo provocar contracturas y malformaciones en la columna vertebral.
En resumen… parece increíble que una prenda que cubra un pie
pueda descompensar por completo el esqueleto humano, llevándolo a multitud de
deformidades y lesiones en cualquier parte de éste.
MÚSCULOS
Estar permanentemente de puntillas lleva a una sobrecarga de
la zona de los gemelos, sóleos e isquiotibiales, que conduce a acortar los músculos erectores de la columna, pudiendo
ocasionar dolores y molestas contracturas en la espalda, además de una pérdida significativa de la flexibilidad en esta musculatura.
Volviendo a la analogía de las piezas de dominó, esta sobrecarga encadenará un acortamiento de los músculos (se ven obligados a permanecer contraídos) que llevará a su vez a una compresión de nervios que acaban provocando ese dolor que hace que, transcurrido cierto tiempo, la mayoría de las mujeres optan por un plan B sacando un calzado más cómodo.
Volviendo a la analogía de las piezas de dominó, esta sobrecarga encadenará un acortamiento de los músculos (se ven obligados a permanecer contraídos) que llevará a su vez a una compresión de nervios que acaban provocando ese dolor que hace que, transcurrido cierto tiempo, la mayoría de las mujeres optan por un plan B sacando un calzado más cómodo.
CIRCULACIÓN SANGUÍNEA
Sumado a todo esto, esta continua
contracción y postura anti-natural hará que la sangre se “estanque" en su
retorno hacia arriba al corazón, lo que facilitará el hinchazón de piernas y
sensación de pesadez al final del día que te quitará las ganas de entrenar. Por
no comentar el riesgo que supone de desarrollar trombos, varices o edemas. Lo dejaré
para otro tema a parte.
TACONES Y RUNNING
Una mujer runner debe saber que el abuso de tacones le puede
llevar a diversas patologías que pueden magnificar el dolor a la hora de
correr.
Recordando las alteraciones más comunes que los tacones
favorecían, para mí, la más relevante, la que afecta al rendimiento y a la eficiencia mecánica del gesto de correr, es el acortamiento e inflamación del tendón de Aquiles.
El tacón acorta el tendón de Aquiles. No hay que ser un
experto para intuirlo. Es necesario saber que el tendón de Aquiles es como un muelle detrás de nuestro tobillo. Nos
da impulso y reactividad a la hora de correr. Imagínate un muelle sin fuelle,
sin tensión… es parecido a esos típicos muelles de plástico que todos hemos
tenido como juguete alguna vez. Se caen y se desparraman, no generan energía.
Tendón de Aquiles harto de tacón. |
Sin embargo, imagínate un muelle tenso, elástico… sería una
pasada, ¿verdad? Pues para mí, este es uno de los mayores limitantes en el
rendimiento de la mujer corredora. Llevar tacones acorta la musculatura de la
pierna y quita elasticidad a este muelle natural que tenemos.
Como curiosidad y dato para que te acuestes sabiendo algo
nuevo; los saltadores de altura que se ganan la vida en ello (los de élite),
tienen una disposición genética para tener este tendón más largo y tenso que el
resto de los mortales. De ahí su importancia.
CONCLUSIÓN
Si eres mujer y consideras que debes llevar tacones, porque así lo prefieres o porque lo requiere la ocasión, no abuses de ellos. Cuando tengas un momento quítatelos, moviliza tus pies, anda descalza, elévalos, aplícate pequeños masajes... En definitiva, juega con ellos y dales un respiro. Rompe con esa postura anti-natural y asimétrica que generan siempre que puedas para que no se quede como parte de ti.
Y, por supuesto, si lo que buscas es rendimiento, el evitarlos debe formar parte de tu entrenamiento.
¡Salud y Endorfinas! 🏃
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